PIPO y Pipa aparecieron en un descampado un día de enero frío y lluvioso. Se habían refugiado en un tubo de hormigón.
Alguien dió el aviso y la policía los llevó a una perrera.
PIPO llegó desnutrido, con sarna en las orejas, falta de calcio y sobrecrecimiento de
muelas e incisivos. Ahora parece otro.
Es un conejo muy buenazo.