CONCHITA llegó a La Madriguera junto con otras cinco conejas más, todas ellas procedentes de un criadero de animales donde vivían en condiciones muy precarias. Vivía en una jaula minúscula y no conocía lo que se siente al recibir la luz natural del sol o disfrutar de dar unos saltitos. Ha tenido una vida difícil, pero a partir de ahora todo será bueno. Ayúdanos a mostrarle a Conchita la parte bonita de la vida.