Estás en: Inicio > Información cuidados > Generalidades > Conejos > Liberación de conejos en el campo, parques o descampados.
Colobora_left

Liberación de conejos en el campo, parques o descampados.

Existe la creencia errónea de que los conejos se pueden soltar alegremente en el campo y, no solo sobrevivirán, sino que serán más felices que en una casa. Sin embargo la realidad es muy distinta. Cada año, miles de conejos domésticos son abandonados a su suerte en un entorno para el que no están preparados. Campo, parques, descampados o zonas semi-urbanas. Estos animales sufren lo indecible y perecen en la mayoría de las ocasiones. En algunos casos puntuales sobreviven y se cruzan con conejos silvestres dando lugar a un problema ecológico aún más complicado.

Las razones por las que los conejos domésticos no pueden sobrevivir en la naturaleza son todas bastante sencillas de entender. Lo principal es que se trata de razas domésticas cuya genética no está preparada para la vida silvestre. Por otro lado son animales criados en cautividad con lo que tampoco cuentan con el aprendizaje necesario para la supervivencia.

Conejos domésticos

Los conejos de razas domésticas por su genética pueden tener los siguientes problemas:

• No tienen el color adecuado para camuflarse de los depredadores.

• Su tamaño y su complexión es menos atlética que sus parientes silvestres con que son menos ágiles y tendrán mayor dificultad a la hora de huir.

• A veces su pelaje puede ser largo o con facilidad para enredarse. Necesitan cepillado para evitar nudos y formación de bolas de pelo en el estómago.

• Los animales albinos tienen una visión bastante mala.

• Los conejos albinos no están preparados para vivir a la intemperie ya que son más sensibles al sol.

• Los conejos domésticos tienen menor resistencia a las enfermedades que más conejos matan : la mixomatosis y hemorragia vírica. Los conejos silvestres fueron casi exterminados por estas enfermedades y los supervivientes han dado lugar a individuos con una cierta resistencia genética que los conejos domésticos no tienen, por lo que apenas tienen oportunidades de sobrevivir.

• Los conejos de razas domésticas en muchas ocasiones han perdido los instintos que les ayudan a sobrevivir en la naturaleza, ya que por generaciones no les han sido necesarios para llegar a la vida adulta y reproducirse. Son animales menos alerta, que muchas veces no saben ni cavar una madriguera.

Conejos criados en cautividad

Aún cuando los conejos fueran de razas silvestres, al estar criados en cautividad, carecerán de ciertas habilidades aprendidas que son necesarias en la naturaleza. Estas habilidades las aprenden de la madre y del grupo cuando nacen en libertad.

Los conejos criados en cautividad:

• No saben distinguir las plantas que pueden comer y las que no. En muchas ocasiones no sabrán que pueden comer cosas que nunca han visto. Buscarán su heno, su pienso o sus verduras. Pueden morir de hambre o envenenados.

• No saben buscar agua. Buscarán su bebedero y pueden morir de sed.

• No saben hacer madrigueras.

• No conocen a los depredadores, si nunca han tenido que huir de uno es posible que no lo reconozcan como una amenaza. Incluso un perro poco hábil podrá cazarlo sin dificultad si el conejo no sabe que debe de huir.

Circunstancias adversas

Aparte de sus habilidades y su genética, en el momento y lugar de la suelta existen una serie de circunstancias que pueden hacer que la supervivencia del conejo sea aún más improbable:

• Si el animal es liberado en invierno y ha vivido en interior no tendrá el pelo adecuado para soportar el frío.

• Si el lugar carece de agua, es posible que el conejo simplemente muera de sed.

• Si no hay madrigueras y el conejo no sabe o no tiene tiempo de hacer una antes de que haga demasiado frío, demasiado calor o llueva, el animal no podrá sobrevivir.

• Si en el lugar no existen conejos silvestres es muy posible que no existan las circunstancias adecuadas para su supervivencia.

• Si en el lugar existen conejos silvestres, estos defenderán su territorio y le atacarán con violencia.

• Simplemente la experiencia del abandono les causa un gran estrés. Esto les provoca una bajada de defensas que puede causar la aparición de múltiples enfermedades que pudieran estar latentes y una baja resistencia a parásitos y agentes infecciosos.

• Por supuesto los animales demasiado jóvenes, demasiado mayores o enfermos tienen aún menos probabilidades de sobrevivir.

Las personas que se dedican a repoblar zonas de monte con conejos criados en cautividad saben que el porcentaje de supervivencia de los conejos liberados es bajo. A pesar de que sueltan animales de razas silvestres, eligen la zona con conocimiento del entorno y que preparan la zona con madrigueras artificiales, el éxito no está asegurado.

Si a pesar de todo sobrevive

Aún cuando el conejo pertenezca a ese bajo porcentaje de conejos que sobreviven a un abandono en el campo, no vivirá mucho. La vida en libertad es muy dura incluso para los conejos silvestres mejor adaptados y suelen vivir muy poco, lo justo para poder reproducirse en unas pocas ocasiones. Los conejos silvestres en su gran mayoría mueren antes de ser adultos por depredadores, enfermedades o parásitos. Por esto los conejos son muy prolíficos. Deben criar muchísimo para segurar que, al menos unos pocos, sobrevivan. Las hembras se desgastan por la cria continuada, lo que acorta muchísimo su esperanza de vida.

Si un conejo doméstico se consigue reproducir en libertad el problema se multiplica. Al cruzarse con conejos silvestres dará lugar a una descendencia de mestizos que tendrán dificultades mayores que los silvestres para sobrevivir a causa de su genética mezclada. Estos animales tendrán muy mal pronóstico, al igual que si se reproducen con otros conejos domésticos abandonados en el mismo lugar.

Por otro, lado la genética silvestre se verá empobrecida por estos cruces no seleccionados para la mayor adaptación al medio. Esto es un problema ecológico de primer orden, al margen del problema que pueda representar para el propio individuo.

En lugares muy concretos, normalmente asociados a zonas urbanas, los conejos domésticos sobreviven, incluso se mezclan con silvestres y se reproducen hasta convertirse en plaga. El final de estas colonias es siempre el exterminio, muchas veces por métodos muy poco humanitarios.

Hemos tenido que recoger animales en muchas de las circunstancias mencionadas anteriormente, siempre en condiciones muy lamentables, muchos no han sobrevivido a pesar de nuestros cuidados, otros han tenido secuelas de por vida o problemas de adaptación a la vida en cautividad, aún a sabiendas de que en libertad no pueden sobrevivir tampoco.

Pero lo más triste es que la mayoría sufrirá y morirá sin que nadie lo vea ni sepa de ello. Por ello tenemos que insistir en que nunca, bajo ningún concepto, se deben soltar conejos criados en cautividad en campos, parques o descampados. Si no podemos hacernos cargo de ellos les buscaremos un buen hogar, por mucho que sea una tarea más trabajosa, es la única opción respetuosa con el animal.

Conejos recogidos

Estos son algunos de los muchos conejos recogidos por La Madriguera de campos, parques y descampados.

Whisper

WHISPER fue abandonada en un parque. Cuando la recogimos tenía sífilis, sarna, pododermatitis, desnutrición y disnea. Lamentablemente no pudimos salvarla y falleció a los pocos días.

Pipo

PIPO fue recogido en un descampado. Se refugiaba con Pipa de la lluvia en un tubo de hormigón. Cuando lo recogimos estaba desnutrido, con sarna en las orejas, falta de calcio y sobrecrecimiento de muelas e incisivos.

Blanca

BLANCA fue recogida con solo 2 meses de edad en un parque un día que estaba nevando, tenía neumonía. Con cuidados y tratamiento veterinario logró sobrevivir y fue adoptada.

Campus

CAMPUS fue recogido en un campus universitario. Cuando lo cogimos era un saco de huesos, lleno de heridas, comido por pulgas y garrapatas. No hubiera aguantado mucho más pero por suerte salió adelante.

Parque de los 100 conejos

Alguien abandonó una pareja de conejos domésticos en un parque de gran extensión cerca de zonas con conejos silvestres. Los conejos abandonados se reprodujeron y se cruzaron con conejos silvestres hasta convertirse en un plaga de más de 300 conejos mestizos. El ayuntamiento de la cuidad decidió exterminarlos. La Madriguera, con ayuda de otras protectoras, consiguió salvar la vida de 35 de ellos, pero no pudo hacer nada por el resto por falta de recursos.

No está permitido copiar este documento o partes de él sin permiso del autor. Si deseas difundir esta información puedes hacerlo mediante un enlace a esta página. Para cualquier duda contactar con La Madriguera via email a info@madrigueraweb.org.