JACINTA llegó a La Madriguera junto con su compañera FORTUNATA. Las personas responsables de su cuidado no podían seguir atendiéndolas correctamente y ahora estas dos pequeñas buscan un hogar definitivo en el que comer mucho heno y delicioso pimiento.
JACINTA no se da en adopción para vivir sola. Debe convivir al menos con otro cobaya.