TAZ fue a parar a una perrera. Tenía los dientes muy mal y no comía. Lo tuvimos que ingresar hasta que se normalizó y comenzó a comer, y después hubo que extraerle los incisivos y quitarle unos tumores. Se ha recuperado totalmente, y ya hace vida normal.
No se da en adopción para vivir sola sin compañía de otros conejos.