WICKET apareció debajo de un coche, completamente deshidratado. Tiene todo el pelo lleno de nudos y porquería, además de espigas clavadas en la piel. Debía llevar bastante tiempo abandonado o descuidado.
Es un amor de conejo. Es muy cariñoso, mimoso y divertido. Le encanta ir detrás se ti por toda la casa y ponerse a dos patas para recibir alguna chuche. Adora las caricias y los besos. También le encanta dar besitos y las siestas en el sofá. Come muy bien el heno, las verduras de hoja y su ración de pienso.
Al ser un conejo de pelo largo necesita cepillados frecuentes y revisar que no se le formen nudos en el pelo. Es muy limpio y hace sus necesidades en su bandeja. Hay que tener cuidado con la avena, ya que las espigas de esta planta se le adhieren al pelo de tal manera que se le acaban clavando en la piel. Su pelo es una imán para las espigas. Con otros conejos es un poco mandón y cascarrabias, pero nada que no se pueda solucionar con tiempo y paciencia.
Wicket es realmente adorable.
Una vez que el pequeños se ha marchado, su familia nos envió estas palabras: «Este fue el día en que llegaste a nuestra familia, en el momento en que más lo necesitaba y, desde entonces, llenaste mi vida de agujeros, gruñidos y millones de besos. Nunca te podré agradecer todo lo que has hecho por mí y todo el cariño que me has dado. Echaré de menos nuestros ratos en el sofá tumbado sobre mí, el sonido de tus patitas por la casa, escucharte dormir bajo la cama o compartir la merienda. Siempre serás parte de la familia y seguirás ocupando mi corazón. Te quiero, pequeño. Gracias».