TRUFO fue rescatado de una zona descampada en un pueblo de Salamanca en la que convivía con sus tres hermanos. Los cuatro se vieron huérfanos después de que su madre, abandonada en el campo, muriese a manos de un perro que paseaba por la vereda. Como Trufo era el más pequeño de los tres y siempre estaba un poco apartado, se le pudo traer a Madrid para formar parte de nuestra familia.
Aunque tiene algo de miedo, es muy bueno y poco a poco va cogiendo confianza. Ya ha empezado a acercarse a cotillear cuando te ve en el suelo, disfruta de la tranquilidad en su casa de acogida y se deja dar la medicación sin moverse. Si quieres conquistarle, ten siempre cositas ricas a mano.
No se da en adopción para vivir solo sin compañía de otros conejos.