TOPANGA apareció abandonada en el parque de un municipio de Madrid. Una buena persona la vio y decidió no mirar hacia otro lado y ayudarla. Topanga es tan buena que no opuso resistencia, entró en el transportín a la primera y por su propia voluntad. Llegó llena de porquería y con la zona de los genitales muy sucia. Es una coneja de pelo largo, por lo que necesita cepillados frecuentes. Tiene muchas ganas de volver a tener un hogar y sentir el calor de una familia de verdad, que la cuide y proteja para siempre.
TOPANGA no se da en adopción para vivir sola, debe vivir con otros conejos.