MARLON fue rescatado de un cura que recogía y criaba conejos si control, teniéndolos en condiciones lamentables. Pertenece a la que, esperemos que sea la última camada procedente de esta irresponsabilidad, contra la que han intentado luchar varias protectoras.
Es un conejo sociable, un poco loquito y tontorrón, como buen gazapo.