FREYA estaba en una perrera, con sus pelos enredados y su oreja mutilada. La encontraron en la calle abandonada. Pensamos que debió atacarla algún perro o quién sabe. Pero ella salió airosa y aquí sigue. Perdió una oreja y tiene la otra agujereada. Estaba preñada cuando la recogimos, todos sus hijos fueron adoptados y ella también, aunque fue devuelta después de un tiempo junto con su compañero Leo. Leo falleció y ahora Freya se ha quedado sin su compañero inseparable.