ENCARNA vivía con Toñi es unas condiciones de hacinamiento espantosas. Quizás por eso, tiene un carácter arisco con las personas.
Ha tenido un ojo muy mal y casi lo pierde. Gracias a los cuidados veterinarios y de su casa de acogida, ha salvado el ojo y parte de la visión. La persona que la adopte debe tener una mínima higiene con ese ojo y cuando tenga más legañas de lo normal o el ojo un poco más irritado, hay que lavarlo con un poco de suero y echar unas gotas artificiales o lubricantes.
Es muy sociable con otros conejos.
Necesita un hogar donde sentirse tranquila y segura, pues hasta ahora sólo ha conocido la parte mala del ser humano. ¿Te animas a dar a esta pequeña la vida que merece?
No se da en adopción para estar sola. Tiene que vivir en compañía de otro conejo