EMIL apareció en la calle y nos avisaron. Con sus patas escaldadas y su cuerpo esquelético no podíamos mirar a otro lado. Además estaba hasta arriba de parásitos internos.
Es un conejo muy bueno, muy mimosón. Como a la mayoría, no le gusta nada que le cojan, pero si te pones en el suelo con él viene a ponerte la cabecita para que le acaricies y dormirse encima tuya. Come bien, pero el con el heno es un poco remolón, no debe estar acostumbrado. Como tiene que coger peso, de momento no le hemos quitado otras cosas para que coma más heno. Ya lo haremos cuando esté recuperado. El pienso y todo tipo de verdura lo come sin problemas.
EMIL será un conejo grandecito cuando recupere su peso.