Bugguie es un conejito bueno, mimoso y tranquilo que perdió su hogar cuando su dueña, ya anciana, falleció en el hospital. Pese a esta desgracia, una persona se preocupó por su futuro y se puso en contacto con una asociación de protección animal para que le encontraran un nuevo hogar.
Para él, todo es nuevo. Cuando llegó a su casa de acogida, le costaba andar, era incapaz de ponerse a dos patas para cotillear y apenas se movía al haber vivido toda su vida en una jaula. Además, tenía una fuerte maloclusión que le impedía comer bien y le causaba mucho estrés. Una vez operado de los dientes y castrado, BUGGUIE está aprendiendo a ser un conejo, a disfrutar de vivir en libertad y a tener una dieta equilibrada.
BUGGUIE no se da en adopción para estar solo, debe vivir al menos con otro conejo.