AQUILES estaba abandonado en un parque, en estado de shock, con una pata totalmente destrozada hasta la cadera, los dientes rotos, y un golpe en un ojo.
Hubo que amputarle la pata, pero, afortunadamente, se ha recuperado, se maneja de maravilla, y puede hacer vida normal.
Es un conejo pequeñito y gracioso, sociable con otros conejos.